martes, 15 de noviembre de 2011

Publicidad sobre ruedas.

De unos años para acá se han visto en las ciudades principales, por las calles, tratando de llamar la atención por las noches con su luminosidad, asaltando las miradas de automovilistas y peatones, en un lastimero intento (me parece a mí) de vendernos algún producto.
Me refiero a la publicidad móvil:


Pueden parecer indefensos, curiosos y, en el mejor de los casos, llamativos. Sin embargo, este tipo de publicidad siempre me ha causado un poco de nervio, y me hace reflexionar sobre algunas cosas:

·         ¿En verdad serán tan efectivos?
·         ¿Vale la pena entorpecer el tráfico con tal de promocionar algún producto o de mostrarnos la propaganda de algún partido político?
·         ¿Cuál es el costo ambiental que tienen?
·         ¿Qué tantos gases invernaderos generan? Y ¿Quién regula estas emisiones?
·         ¿Es necesario producir mayor contaminación visual en las calles principales?
·         ¿No quebrantan algún tipo de límite mínimo de velocidad? Ya que circulan a baja velocidad en avenidas y vialidades de mucho tráfico.
Al ver los primeros 2 o 3 anuncios de este tipo causa cierta curiosidad; sin embargo luego generan molestia e incomodidad a la fluida circulación. Luego de un tiempo, terminan por ser parte del paisaje y pierden el sentido, pues ya no se les hace caso. En el camino a casa, después de un día de trabajo, mínimo veo 4 o 5 de estos anuncios rodantes, y la verdad, ya no me he fijado qué anuncian o promocionan, sólo veo esas luces traseras que obstruyen el camino. En una ciudad cómo esta (Cd. Juárez) en la que la gente anda de prisa en sus autos, que casi no hay peatones en las calles (por varios factores como la inseguridad, la pérdida de vida nocturna, pero principalmente porque las calles de esta ciudad no están hechas para caminarse, sino diseñadas para autos) dudo que se les preste la atención que tanto imploran quienes contratan sus servicios.
Con tristeza, creo que la autoridad no hará nada al respecto para regularlos, porque en primer lugar no tengo la certeza que deban hacerlo. Tendré que investigar más sobre este tema para despejar mis dudas. Sin embargo, algo en mi interior sigue sospechando alguna trampa en este asunto.
“Es menos desagradable ver mendigar un pobre que un rico. Y un cartelón de propaganda es un rico que mendiga.”
Gilbert Keith Chesterton (1874-1936) Escritor británico.

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