jueves, 6 de octubre de 2011

Con "piquete", por favor.

En México está prohibida la venta de bebidas alcohólicas mezcladas con bebidas energéticas. Esta medida fue avalada por la comisión de salud de la cámara de senadores. Y esto fue hecho argumentando que este tipo de bebidas hacen daño a la salud humana debido al alto consumo de cafeína… y puede que tengan razón. Pero hay muchas otras bebidas y alimentos que se consumen por millones de unidades diariamente que son dañinas igualmente.
El contenido de cafeína de las bebidas energéticas no es el más alto como se pudiera pensar:

Bebidas con mas cafeína, por orden
Cafeína en 100ml
Taza de café exprés
72,22
Taza de café filtrado (soluble o normal)
66,67
Vaso coca cola de grifo
43,54
Lata de Coca cola Light
36,64
Lata de Pepsi Light
34,23
Red Bull   (4,6g tauria)
34,10
Dynamite
33,60
Speed Unlimited  (0,7g  tauria)
32,20
Lata de Pepsi
31,83
Guaraná Natural
30,00
Lata de coca cola Zero
27,93
Lata de coca cola normal
27,93
B52 (0,5g tauria)
26,30
Taza de té negro
22,22
Taza de café descafeinado
1,11
Guaraná Lamanita 
0,60
Fuentes:
 FAO, informes 2008,2007.
 OCU, informes cafes, bebidas energeticas, cafeina. 2008/2009
 FAA, bebidas basadas en colas, cafe origen. 2008
 EUFIC, normativa europea 2006
 Consumer, informe cafes solubles 2009, chocolates con leche, 2009, bebidas 2009

Muchas las bebidas con cafeína se han mezclado con alcoholo a lo largo de la historia y nunca han estado prohibidas (café, coca-cola, té). De aplicarse esta medida con rigor se debería prohibir el capuccino irlandés, el café con piquete, las cubas, el vino con coca-cola, café escocés, café jamaicano, ponche judío, café mexicano, hasta los chocolates con rompope. ¿No? Yo creo que los senadores no pensaban en esto cuando avalaron esta reforma.
Entonces ¿porqué prohibir una bebida en específico? Hay un error en este argumento, por lo que, para mí, queda descartado.
El tipo de bebidas que se pretende prohibir están dirigidas a un público muy en particular: viven en ciudades, la inmensa mayoría son jóvenes que gustan de salir a divertirse por las noches a antros, tocadas, raves, y cosas afines; con gustos musicales ad hoc a estos lugares; de cierta condición socio-económica de media a media-alta; quizá no luchan por un ideal socio-político en específico, pero sí abogan por la libertad de expresión, de gustos, de modas, de ser, de bailar toda la noche. Me recuerda un poco (sólo un poco y con las debidas distancias) a la lucha antidrogas que empezó con Nixon para tener pretexto de encarcelar “hippies revoltosos” que estaban en contra de la guerra de Vietnam… guerra que sigue sin terminar y que se va perdiendo.
El consumo de bebidas alcohólicas mezcladas con bebidas energéticas, de alguna manera, sustituía al consumo de algunas drogas ilegales, las cuales, éstas últimas, dejan mayores dividendos económicos. ¿Será que esta prohibición busca acabar con la “competencia”?
Porque una cosa es segura, aquí y en cualquier parte del mundo: si prohíben un hábito de consumo, éste no desaparece, sólo se pasa al mercado negro, el cual es más lucrativo y manipulado sólo por organizaciones criminales que no admiten competencia.
Si este argumento es falso, entonces nos queda solo el argumento de que es una decisión totalmente moralina, lo cual no se debe permitir en una sociedad democrática, laica y liberal.
Esta prohibición abona al detrimento del libre albedrío de los consumidores.
“El hombre nace libre, responsable y sin excusas.”
Jean Paul Sartre (1905-1980) Filósofo y escritor francés.

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