miércoles, 26 de octubre de 2011

Lecturas y lectores (las tradiciones en la era del electrón).

A finales del siglo pasado, durante el primer gran boom del internet, se empezaron a mencionar varias ideas acerca de los cambios de hábitos que esto nos traería. Una de estas ideas fueron los libros electrónicos, que en muchas personas generaron sentimientos encontrados. Se pensaba que sería una más de esas cosas que terminarían por deshumanizarnos. En aquellos años intenté empezar a utilizarlos, me conseguí algunos libros de propiedad pública (clásicos de literatura) y me dispuse a leerlos. A los 14 minutos con 23 segundos me cansé, de estar frente al monitor, de estar arrastrando y dando clics con el ratón, de estar en una silla sin moverme. Fue incómodo, la verdad y me decepcioné un poco. Me pareció que el futuro de los libros no se encontraba en las PC’s  y regresé a los libros impresos, esos que podía llevar a la escuela, en el transporte público, al café, a la cama, caminando por la ciudad, etc.
Así pasé casi una década más.
En 2007, salió al mercado el primer kindle de Amazon, y parecía que aquellos viejos libros electrónicos volverían a tener una oportunidad. Sin duda, me vi escéptico ante esta nueva novedad.
Ha de ser bastante fastidioso estar leyendo en una pantalla, los ojos se irritarán con facilidad por la luz… sorpresa, ahora existe la tinta electrónica. Les falta el sentimiento físico que sólo se puede obtener con hojas impresas… pero, tiene la novedad de la enorme cantidad de información almacenada en un mínimo espacio. Se puede perder credibilidad con tanta información falsa que hay en la red… pero se gana una libertad enorme y se lleva a la censura a sus mínimas proporciones. Va acabar con las grandes editoriales tradicionales… ¿y? van a crecer pequeñas editoriales que tienen tanto por contarnos. Falta ese olor tan característico, mezcla de tinta con celulosa, polvo acumulado y arduo trabajo en el taller de impresión… pero nos ahorraremos algunos árboles, algo de tinta y quizá una que otra alergia. Vamos a perder a nuestros lectores habituales, que han sido acostumbrados por años y años a leer letras impresas… pero el público se amplía entre las personas más jóvenes, les permite buscar sus intereses de manera más ágil y productiva, además llega a personas con dificultades de vista al poder modificar el tamaño de las letras, e incluso al activar la función de audio-libro. Genera una dependencia a la conexión de internet… probablemente (qué no lo hace en estos días), pero te libera de la dependencia a los libreros, las repisas, los separadores, etc. Los dispositivos para leer no son tan accesibles económicamente… pero los libros electrónicos son hasta un 80% más baratos que los impresos (incluso muchos son gratis) por lo que la inversión inicial se recupera fácilmente. No hay como sentir en los dedos el cambio de página o sentir ese peso simbólico de un libro… pero ganamos la libertad de llevar 1,000 libros bajo el brazo y elegir qué leer según el estado de ánimo a la hora del “lunch”.
Con los electrónicos se facilita el acceso a la información, ya que se pueden generar búsquedas o vínculos con otras fuentes sin tener que cambiar de página. Los autores y lectores aumentarán la variedad de libros al ser más fáciles de publicar en manera electrónica. Permitirán establecer vínculos sociales, o económicos con personas afines en gustos o convicciones.
Se podría seguir argumentando y contra-argumentando. No sé si los libros impresos vayan a desaparecer algún día, pero lo que sí estoy seguro es que la mayor parte de literatura e información, en el futuro cercano, será de manera electrónica. Habrá que vencer esa oposición al cambio en nuestra sociedad.
Ahora que cuento con un adminiculo lector de libros a base de tinta electrónica, me he sentido bastante satisfecho por lo que me ha ofrecido, portabilidad, comodidad, interacción, organización en mis lecturas (para aquellos que suelen leer más de uno o dos libros a la vez es perfecto), puedo encontrar libros de toda clase y temática.
¡Yo amo los libros!… aunque estén impresos en secciones de árboles muertos.
“El progreso no es un accidente, es una necesidad, una parte de la naturaleza.”
Herbert Spencer (1820-1903) Escritor británico.

1 comentario:

  1. Esta bien, muy clara explicacion, a cualquiera convences de amar la ecofilia, al menos a mi.

    ResponderEliminar